Características de la Insuficiencia Cardiaca Aguda en el Hospital Nacional Hipólito Unanue en el Periodo Enero – Diciembre 2018
Resumen
La insuficiencia cardiaca (IC) es una enfermedad crónica progresiva que conlleva gran morbilidad y mortalidad.1
La prevalencia de este síndrome clínico sigue incrementando2 con cifras de 6,2 millones de americanos adultos ≥ de 20 años y se espera que para el 2030 se incremente en 46% resultando en más de 8 millones afectados de insuficiencia cardiaca.3 A pesar de la mejora en la sobrevida con la terapia medica óptima, las tasas de mortalidad aún siguen siendo elevadas alcanzando alrededor de 50% a los 5 años del diagnóstico.4,5
Esta enfermedad crónica cursa con múltiples reagudizaciones que conllevan a ingresos hospitalarios. Los ingresos hospitalarios son frecuentes y conllevan más de 1 millón de ingresos anualmente.2 Las rehospitalizaciones por insuficiencia cardiaca aguda conllevan a un incremento de la mortalidad y deterioro de la función miocárdica. El periodo vulnerable se da al alta con tasas elevadas de readmisión en los primeros 30 días de alrededor a 25%,6 y a los 6 meses de cerca del 50%.7 El impacto sobre la función miocárdica tras una hospitalización se demuestra con el incremento proporcional de la mortalidad debido al número de hospitalizaciones por reagudización.8
Existen muchos factores descompensantes asociados al reingreso por insuficiencia cardiaca aguda entre ellos la falta de la terapia medica óptima, isquemia, infecciones, hipertensión no controlada, arritmias, exacerbación de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), alteraciones metabólicas entre otros.9,10 Mucho tiene que ver la optimización de la terapia médica al alta, evidenciándose mayor tasa de reingreso y mortalidad con la falta de prescripción previa al alta.11,12
El identificar la etiología y el tipo de IC tras la hospitalización de un paciente es uno de los pilares más importantes en el manejo.9 En Latinoamérica dentro de la etiología más frecuente se ubica la cardiopatía isquémica, hipertensiva, o enfermedad valvular y en menor frecuencia la cardiomiopatía dilatada y la enfermedad de chagas.13 En nuestro medio no disponemos de datos sobre la etiología más frecuente y así direccionar los recursos para el manejo y prevención del desarrollo de IC en última instancia.
El tipo de IC clasificada de acuerdo a la fracción de eyección es de suma importancia a momento de definir la terapia médica a largo plazo que mejore la sobrevida. Esta se divide en insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada (IC-FEp), insuficiencia cardiaca con fracción de eyección en rango medio (IC-FEm), insuficiencia cardiaca con fracción de eyección reducida (IC-FEr).9
Por otro lado, los diversos perfiles clínicos orientan el manejo de la insuficiencia cardiaca aguda (ICA), cada perfil demuestra la probabilidad de mortalidad que se observa al ingreso hospitalario. Se clasifican mediante dos características: el nivel de perfusión y los signos de congestión, generando así cuatro perfiles clínicos que se relacionan con la hemodinamia de paciente. Estos son: el perfil húmedo-caliente siendo este el más frecuente, seguido por el perfil húmedo-frío el cual se asocia a mayor mortalidad, y en menor frecuencia los perfiles caliente-seco y caliente-frío14.
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