dc.description.abstract | El océano ha cumplido un rol esencial en la evolución de las especies, pues la teoría más aceptada sobre el origen de la vida, expone que el lugar donde se originó, fue el mar, hace 3 500 millones de años aproximadamente, y a partir de ese punto se fue extendiendo y adaptando a los diferentes hábitats que hoy conocemos en la tierra. (Art-Studium, 1991). El hombre desde la antigüedad reconoce al océano como una fuente importante de bienes pues ha proporcionado alimentos, recursos, trabajo y medios de vida durante milenios. En la actualidad, el número de personas que dependen de los recursos marinos, su biodiversidad y ecosistemas, como medio de vida y desarrollo, asciende a más de tres mil millones de personas. En 20 años esta cifra puede triplicarse. (Naciones Unidas, 2012). El gran contenido biológico del planeta tierra, con sus millones de especies terrestres y marinas, están en peligro. Como cita la FAO (2003), aproximadamente el 50% de los recursos de la pesca de los mares del mundo han sido explotados, el 25% se encuentra sujeto a explotación excesiva y cerca del 25% restante podría soportar regímenes de explotación más altos. Así mismo, la directriz hacia el incremento de la pesca excesiva, que se presentó a inicios de la década de los 70’ no ha disminuido sus cifras. En los últimos 50 años, la pesca industrial ha puesto en peligro a grandes especies de peces como los atunes, tiburones, bacalaos, meros y peces espada. Alrededor del 90% de estas especies han sido explotados en su totalidad, actualmente sólo se encuentra el 10% de los cardúmenes de ellos en los océanos y mares del mundo. Como consecuencia, la depredación excesiva de estas especies no sólo las sitúa al borde de la extinción, sino que también altera la organización de las cadenas tróficas y alimenticias, generando un nuevo orden sin precedentes en los ecosistemas marinos de forma global. (Worm B., Myers R.A., 2003). Así mismo, gran parte de los arrecifes coralinos del mundo están sometidos a este peligro, el 75% de ellos se encuentran amenazados actualmente. A menos que se tomen las acciones necesarias para corregir este problema, para el año 2030 se estima que más del 90% de estos estarán amenazados y proyectándose al 2050 habrá una situación vulnerable en su totalidad. (Naciones Unidas, Río+20, 2012). El índice del Marine Living Planet, y del WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) señala que entre 1970 y 2010 los índices de población de fauna marina se han reducido en 39%, este ritmo se halla como insostenible. Cerca de 100 millones de tiburones son cazados anualmente (BBC, Ciencia, 2013). El principal motivo son sus aletas, después de su extracción los cadáveres son arrojados al mar. Fuente: accionverde.com
Con el crecimiento de la población y las ciudades, el océano y los ecosistemas naturales, han sido dejados de lado, proyectándose un crecimiento interno que le da la espalda al medio. Esto ha conllevado que gran parte de la sociedad este olvidando la importancia y el cuidado de los ecosistemas, el respeto por la naturaleza y sus recursos. En consecuencia, se puede percibir que los océanos se han vuelto vertederos de basura, en un año se arroja tres veces más basura a los océanos que el peso de los peces capturados (The Living Oceans e ICPNA, 2015), así como también desperdicios urbanos: domésticos e industriales como derrame de petróleo, metales pesados, productos químicos, insecticidas, fertilizantes, entre otros. (Informe Anual de la Asociación Estadounidense para el Progreso de la Ciencia, 2008). Los océanos tienen un rol en el equilibrio del clima en el mundo, ya que ellos producen grandes cantidades de oxígeno además de absorber aproximadamente el 30% de las emisiones de CO2 (anhídrido carbónico); sin embargo, los altos índices de contaminación actuales que presenta el mar pone en riesgo este proceso. La UNESCO, ha señalado que para el año 2100, los niveles de acidificación de los océanos serán superiores en un 150% de los parámetros actuales, lo cual generaría la reducción de las especies por migración o extinción en masa de las mismas. Estas consecuencias repercutirían tanto en las especies como en las actividades humanas con relación al mar y sus ecosistemas. (Naciones Unidas, 2012). Los seres humanos son los llamados protectores y explotadores de este lugar al que llaman hogar y durante el tiempo, han desordenado y desbalanceado el mismo lugar que les facilita la vida. (The Living Oceans e ICPNA, 2015). Es por ello, que los medios de expresión de la sociedad, como la educación, el arte, la arquitectura, etc., tienen la misión de volver a generar una conexión entre el mar y la humanidad. Con el propósito de reanudar la conexión, envolver y sumergir a las sociedades; mostrando las maravillas del mundo acuático de una forma dinámica y directa, para incentivar el conocimiento, la exploración, difusión y cuidado de este medio y su gran biodiversidad, comprometidos con las generaciones futuras para un crecimiento sostenible con la naturaleza. Como señala Jacques Cousteau, “Nosotros sólo protegemos a lo que amamos, sólo amamos lo que entendemos y sólo entendemos lo que se nos enseña”. (The Living Oceans e ICPNA, 2015) | es_ES |