Analgesia Multimodal Preventiva en Pacientes Intervenidos Quirúrgicamente En el Hospital Nacional Sergio Bernales durante el periodo 2020-2021.

Abstract

La cirugía y el dolor siempre se han excluido mutuamente. La capacidad de la anestesia para reducir el dolor permitió que la cirugía se generalizara. Pero no fue hasta la década de 1960 cuando la comprensión de la fisiopatología del dolor nos permitió pasar del empirismo y el tratamiento ineficiente del dolor al tratamiento eficaz del dolor, sobre todo del dolor postoperatorio. Cada año, millones de pacientes se someten a intervenciones quirúrgicas y se benefician de los conocimientos, la experiencia y la sofisticada tecnología que subyacen en la mayoría de los procedimientos quirúrgicos contemporáneos. Uno de los principales objetivos del trabajo de los anestesiólogos siempre ha sido reducir el dolor, pero aunque esto es crucial para proporcionar a los pacientes quirúrgicos la mejor atención posible y a pesar de los avances en fisiopatología, farmacología analgésica y la creación de métodos más eficaces para el control del dolor postoperatorio, muchos pacientes siguen experimentando dolor tras la cirugía (1,2). Una forma de dolor agudo conocida como dolor postoperatorio es una de las que peor se gestionan, ya que puede prolongarse durante horas o días, generando ansiedad y agonía, además de influir en el comportamiento futuro ante otro procedimiento. El dolor postoperatorio sigue siendo frecuente -entre el 46% y el 53% de los casos- y todavía no se trata adecuadamente, en parte porque el uso de analgésicos sigue siendo deficiente. Su tratamiento ha tenido históricamente inconvenientes y deficiencias, y en muchas ocasiones se ha aceptado como normal. Toda intervención quirúrgica va seguida de la aparición de dolor, que puede potenciar las reacciones metabólicas endocrinas, los reflejos autonómicos, las náuseas, el íleo, el espasmo muscular, así como la morbilidad y mortalidad postoperatorias. En consecuencia, el paciente sufrirá consecuencias negativas si la analgesia es inadecuada o inexistente, especialmente (1,2). El dolor agudo que resulta de la lesión quirúrgica es el dolor postoperatorio. Se diferencia del dolor agudo y del crónico en que tiene sus propios rasgos. El hecho de que tantas causas diferentes contribuyan a la aparición del dolor postoperatorio dificulta su definición. Podría considerarse como un dolor agudo que se desarrolla como consecuencia de una agresión directa o indirecta que tiene lugar durante el acto quirúrgico, en cuyo caso incluiríamos también el dolor que resulta de la técnica anestésica, posturas inadecuadas, contracturas musculares, distensión vesical o intestinal, etc., además del dolor causado por la técnica quirúrgica, etc. (3).